A la escasez de oferta de productos, es muy probable que se sume un alza generalizada de precios, generando una inflación global.
El paquete de medidas económicas, dictadas por los países del bloque occidental hacia Rusia, debido a su invasión a Ucrania, definitivamente generará una serie de inconvenientes en el comercio internacional.
De hecho, los primeros efectos fueron casi inmediatos, pues cientos de buques tanque y de carga, tuvieron que cambiar sus rutas evitando navegar por el Mar Negro. Incluso decenas de ellos a la fecha siguen varados en puertos o en alta mar, retrasando el desembarque de sus cargas.
Las exportaciones rusas y ucranianas y su impacto en el comercio internacional
Rusia es uno de los principales exportadores de granos y de petróleo, metales, madera y plásticos, bienes usados en todo el mundo en una cantidad de productos e industrias, desde fábricas siderúrgicas hasta empresas automotrices.
El congelamiento de bienes de los principales bancos rusos, sin embargo, afecta todo el comercio de importación y exportación. Para agravar el panorama, firmas como Apple y Nike, y grandes empresas de transporte de cargas como Maersk, se están yendo de Rusia, cuyos amplios lazos comerciales con Occidente están prácticamente interrumpidos.
“Esto es un terremoto como jamás hemos visto”, afirmó Ami Daniel, cofundador de Windward, una firma de inteligencia marítima que asesora a los gobiernos. “Las empresas están yendo mucho más allá de sus obligaciones legales y tomando medidas en base a sus propias escalas de valores, incluso antes de que sus clientes de lo pidan”.
Una posible válvula de escape para las exportaciones rusas es China, cuya creciente economía necesita recursos naturales. Pero China, tal vez la principal beneficiara de la globalización, por ahora ha demostrado poca predisposición a apoyar al presidente ruso Vladimir Putin, a pesar de abstenerse en una votación de las Naciones Unidas para condenar la incursión rusa en Ucrania.
¿Quiénes son los más perjudicados en el corto plazo?
Obviamente las empresas navieras y sobre todo aquellas que tienen rutas con puertos en Rusia y Ucrania, cuyo personal es mayoritariamente de ambos países. Tras la invasión, el personal ruso se preguntaba cómo haría para regresar a casa en vista de la suspensión de los vuelos a Rusia dispuesta por la Unión Europea. El personal ucraniano, por su parte, no tiene claro si tendrá un país al que regresar.
Por ahora, el impacto de la guerra en el comercio mundial se siente sobre todo en el Mar Negro, donde los puertos rusos y ucranianos son una importante escala para los cargamentos de trigo y maíz. El tráfico se ha interrumpido totalmente, suspendiendo las entregas del segundo exportador de granos más grande del mundo.
A diferencia de lo que ocurre con la producción de petróleo, que se puede aumentar rápidamente, incrementar el suministro de granos toma tiempo. Ucrania produce el 16% de las exportaciones mundiales de maíz y, junto con Rusia, representan el 30% de las exportaciones de trigo. Es previsible que, con la alteración del mercado, muchos países pobres que dependen de esas importaciones sufran una fuerte escasez.
A manera de ejemplo, Turquía, Egipto y la India, que dependen en gran medida de Rusia para todo, ya sienten los efectos de la guerra en sus economías y calidad de vida de sus poblaciones.
Aproximadamente el 78% del trigo que importa Turquía y Egipto viene de Rusia. Ucrania aporta un 9%. Ese trigo es usado en numerosos sectores de la industria alimenticia turca. La India importa el 80% del petróleo que consume, buena parte de Rusia. También importa metales rusos empleados en la quinta industria automotriz del mundo.
Pero no solo el efecto se empieza a sentir en países pobres pues en Estados Unidos, el principal impacto ya se siente en las gasolineras, donde precios cada vez más altos agravan una inflación que sube a un ritmo más alto en cuatro décadas, complicando la economía en ese país. Este mismo efecto también se empieza a sentir en la economía de todos aquellos países que son importadores de combustibles, pues el precio del barril de petróleo en el mercado internacional bordea los 110 dólares por barril, precio que no alcanzaba desde 2013.
Las tarifas cobradas por la contratación de tanqueros aumentaron hasta un 400% en vista de que los comerciantes de petróleo se esfuerzan por asegurarse un transporte que de repente escaseará.
Perspectivas a futuro
No está claro qué rumbo tomará la situación ni que otras consecuencias inesperadas puede haber. Si bien las sanciones no siempre son cumplidas, nunca hubo tantos castigos a una potencia mundial adoptados con tanta velocidad y coordinación.
La situación preocupa a Tinglong Dai, profesor de economía que estudia las cadenas de abastecimiento en la Johns Hopkins University.
Desde el final de la Guerra Fría, un principio clave del comercio mundial fue la separación del negocio y la geopolítica, y el entendido de que siempre prevalecerán las decisiones racionales, según Dai.
“Estos dos principios fueron destruidos por Rusia”, dijo Dai, quien cree que puede surgir pronto una especie de “Cortina de Hierro”, con Rusia y sus aliados de un lado y Occidente del otro.
“Ya no es posible evitar tomar partido y las consecuencias de esta reconfiguración de las cadenas de abastecimiento mundiales en términos de más pobreza, una pérdida de innovación y de oportunidades de trabajo es algo que todos deberemos pagar”.
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